Publicada: martes, 2 de mayo de 2017 13:57
Actualizada: martes, 2 de mayo de 2017 14:34

Activistas de diversas formaciones de la izquierda independentista y anticapitalista catalana marcharon por Barcelona, lugar donde se produjeron varios incidentes.

El lunes, por motivo de las celebraciones del 1 de mayo, es decir, el Día Internacional del Trabajador, la Candidatura de Unidad Popular (CUP), Arran (organización de izquierda independentista) y el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) acudieron a la manifestación convocada por la izquierda alternativa en el centro de Barcelona para rememorar tal señalada fecha.

Las organizaciones convocantes de la marcha, bajo el lema “Todo el poder para la clase trabajadora no sufriremos vidas de miseria para mantener su lujo”, defendieron la celebración de una huelga general para conseguir la emancipación nacional y social.

Los derechos sociales y nacionales van de la mano”, apuntaba en la cabecera de la marcha del 1 de mayo una de las portavoces convocantes de la misma Lorena Paravichino, de la Coordinadora Obrera Sindical.

“Los derechos sociales y nacionales van de la mano”, apuntaba en la cabecera de la marcha del 1 de mayo una de las portavoces convocantes de la misma Lorena Paravichino, de la Coordinadora Obrera Sindical.

Una vez arrancada la marcha y pasado un rato, se registraron los primeros disturbios provocados por algunas fracciones de los manifestantes, que rompieron algunos escaparates y atacaron con pintura alguna que otra sede emblemática de establecimientos comerciales durante el recorrido de la protesta. Además, se produjo alguna quema de papeleras.

Vigilados de cerca por un fuerte dispositivo policial, los manifestantes corearon consignas como “patriarcado y capital, alianza criminal”, “quien siembra la miseria recoge la rabia” o “violencia es no llegar a final de mes”, así como “ni España ni França, Països Catalans”.

 

La CUP defiende la autodeterminación de la Comunidad Autónoma de Cataluña (región nororiental de España) respecto al Gobierno central de Madrid. En este contexto, dicha formación ha instado, en repetidas ocasiones, al presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, a que acelere la organización del referéndum independentista.

La mencionada celebración de la consulta popular es una promesa de Puigdemont, que en contraposición a estas pretensiones secesionistas tiene al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien por activa y por pasiva le ha advertido que tal referendo no tendrá lugar nunca y, por tanto, no habrá ninguna independencia en marcha.

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