Han pasado 76 años del asesinato del presidente catalán Lluís Companys a manos de tropas del fallecido dictador español Francisco Franco.
Los soberanistas han aprovechado la fecha para denunciar un déficit democrático del actual Estado español y cargar contra la última impugnación del Gobierno a las resoluciones favorables al referéndum anunciado para 2017.
El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha defendido nuevamente un referéndum acordado con el Estado, aunque ha comparado al actual Gobierno de España con el franquismo por su decisión de llevarlo a él y a su equipo a juicio por escuchar al pueblo.
Los catalanistas no abiertamente independentistas no han llegado tan lejos en sus críticas, pero también han reprochado a Gobierno español sus medidas judiciales.
La presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, encausada por el Ejecutivo por el desobedecer al Tribunal Constitucional, no ha entrado a valorar su caso, pero sí ha exigido al Estado decencia para reparar al menos la historia.
La memoria de Companys apuntala las reivindicaciones nacionales de Cataluña y en los próximos días, ésta será reparada por el Parlamento.
La Cámara catalana anulará los juicios franquistas, en una declaración que además de acto de justicia pretende erigirse como una acción concreta de soberanía.
Y es que el actual conflicto Cataluña-España se explica por cuestiones económicas, políticas y identitarias, pero sin duda también por factures históricos.
Oriol Puig, Barcelona.
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