El Ministerio del Interior español, en un comunicado, informó el lunes de la detención de dos hombres en Gijón (Asturias) y San Sebastián (País Vasco) ─ambos en el norte de la península ibérica ─ que estaban plenamente integrados en el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), según publicó El Mundo el martes.
La nota indica que el arrestado en Gijón es un hombre de origen marroquí y nacionalizado español y el de San Sebastián es marroquí residente legal en España.
Ambos son dos “piezas clave” en el entramado propagandístico y de captación para los extremista takfiríes de Daesh, destacó el Ministerio que detalló, además, que los detenidos se adhirieron voluntariamente a ese grupo violento para quien realizaban adoctrinamiento, difundiendo su ideario en la red e incitando a la comisión de actos terroristas.
El detenido en Gijón usaba mensajes enviados desde su propio domicilio, lugar donde había creado una importante red de difusión virtual, con dispositivos de comunicación que contaban con unas férreas medidas de seguridad para dificultar su detección. Empleaba teléfonos virtuales (servicios de telefonía que se ofrecen en la red y que permiten enviar mensajes con total anonimato) para intercambiar información de manera segura con miembros y dirigentes de Daesh.
El apresado en San Sebastián, además de su actividad en Internet, mantenía un estrecho contacto con el entorno radical afincado en Guipúzcoa (provincia en nordeste de País Vasco), lo que favorecía su labor de captación y radicalización de personas.
Los contenidos divulgados en las redes sociales por los arrestados se valían de la estrategia del denominado “terror informativo” a la sociedad occidental a través de videos con temáticas violentas seleccionadas en los que se enaltecía claramente la violencia terrorista, además de menospreciar y humillar a las víctimas.
Recientemente, fuentes de seguridad españolas habían advertido de la inminente llegada del grupo terrorista a este país europeo debido a la pérdida de terreno de la banda en Irak y Siria. Además de que los extremistas cada vez más hablan castellano y apuntan a España como un objetivo importante.
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