En un artículo publicado el domingo, el diario británico The Daily Mail explicó que los agentes del MI6 se habían hecho con información confidencial relativa a la tecnología empleada en un actualizado bombardero estratégico Tupolev Tu-160 ruso, valiéndose de un paquete de té colocado en la aeronave.
De acuerdo al informe, la operación se realizó en coordinación con la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) y el servicio de inteligencia de Israel (el Mossad), para conseguir datos vitales de la Defensa aérea rusa y sus bombarderos modernizados.
Según detalla el diario, la bolsa de té fue introducida en uno de los dos aviones Tu-160 que se dirigieron el pasado mes de diciembre a Caracas (la capital venezolana) para realizar ejercicios de vuelo junto a la Fuerza Aérea de Venezuela.
Cuando el avión aterrizó en el aeropuerto Simón Bolívar de Caracas, un agente no identificado recuperó la bolsa de té que ya había sido utilizada por los pilotos rusos y luego la entregó a un oficial de la CIA que le esperaba en un hotel de la capital venezolana.
Los secretos fueron trasladados más tarde a Estados Unidos para un análisis antes de ser compartidos con las Inteligencias del Reino Unido y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), agrega The Daily Mail.
El dossier, sin embargo, no ha aclarado cómo se almacenaron los secretos en el té consumido por los pilotos y si se usó un dispositivo de electrónico para grabarlos.
Si bien no ha habido hasta el momento ninguna confirmación oficial de las agencias involucradas, pero los medios rusos han considerado el informe como “una trama de una novela de espías” antes que una operación de inteligencia real.
La noticia sale a la luz en momentos de elevada tensión entre Moscú y los países occidentales, encabezados por EE.UU., que en reiteradas ocasiones se han acusado mutuamente de llevar a cabo movilizaciones militares provocativas contra Rusia.
El Gobierno británico, por su parte, atribuye a la Inteligencia de Rusia los ataques cibernéticos contra sus instituciones políticas, empresas, medios de comunicación, bancos y otros objetivos en los últimos años.
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