El drama ocurrió la madrugada del domingo en el Lion’s Motel en Escambia, un condado en el noroeste de Florida. Según informó el martes el alguacil del condado de Escambia, Chip Simmons, a la prensa, el padre del niño, Roderick Randall, de 45 años, dejó la pistola enfundada en el armario de su habitación.
En la ausencia del padre, su hijo encontró el arma, “empezó a jugar con ella” y disparó una bala que mató a la bebé e impactó en otra niña, ambas las hijas de la novia de Roderick.
La Policía arrestó al padre acusado de ser un delincuente en posesión de un arma de fuego, dos cargos de negligencia por almacenar un arma de fuego a poca distancia de un menor con resultado de lesiones, manipulación de pruebas y no almacenar un arma de fuego de la manera requerida.
La violencia armada ya se ha convertido en un gran flagelo en el país norteamericano. Miles de personas mueren o resultan heridas cada año en los incidentes relacionados con armas de fuego en Estados Unidos. Como indica la organización Gun Violence Archive (GVA), se han registrado 297 tiroteos masivos en lo que va de año en Estados Unidos y 9767 personas han perdido la vida por disparos.
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