Durante un amplio discurso en el cierre de la Convención Nacional Republicana del jueves en la que aceptó la nominación a la Presidencia, Trump llamó “débil” a su rival Joe Biden, al considerar que “no es salvador del alma de EE.UU. (...) y si se le da la oportunidad, será el destructor de la grandeza estadounidense”.
El mandatario estadounidense que dedicó la mayor parte de su discurso a pintar un panorama desolador en caso de que los demócratas le arrebaten el poder, subrayó que si Biden es elegido, llevará a la Casa Blanca un movimiento represor y socialista que demolerá el destino de EE.UU. y el sueño americano.
“Esta elección decidirá si salvamos el sueño americano, o si permitimos que una agenda socialista demuela nuestro precioso destino”, añadió Trump.
El magnate republicano reclamó también que el plan de los demócratas conduciría a “sobredosis, depresión, alcoholismo, suicidios, infartos y devastación económica”, para luego defender su controvertida gestión de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, que en Estados Unidos, más que en ningún otro país en el mundo, se ha cobrado ya más de 184 000 vidas y roza los 6 millones de contagios.
Esto mientras que la postura de Trump ha sido criticada desde el inicio del brote por su incapacidad e inacción ante la pandemia. De hecho, Trump menospreció la amenaza del virus durante casi dos meses, calificándola como una “pequeña gripe”; una gestión que fue rechazada tanto a nivel nacional como internacional.
El mandatario estadounidense, pese a las críticas de los médicos, instó en reabrir pronto la economía del país norteamericano y reiniciar las actividades normales lo antes posible.
Además, recomendó la hidroxicloroquina, un principio activo antimalárico, para el tratamiento del letal coronavirus, pero poco después, los científicos alertaron que la receta del presidente incrementa en los pacientes con la COVID-19, el riesgo de muerte.
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