El Departamento de Tesoro de Estados Unidos ha informado hoy viernes, a través de un comunicado, de nuevas sanciones contra 13 individuos y 12 entidades iraníes.
Según la nota, la lista de entidades incluye a empresas con sede en Teherán (capital iraní), Emiratos Árabes Unidos (EAU), El Líbano y China.
El texto afirma que el objetivo principal de la medida es presionar a Teherán a propósito de su programa de misiles.
Después del anuncio, el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Paul Ryan, ha afirmado mediante otro comunicado que la última prueba por Irán de un misil balístico transgredió resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
Teherán, por su parte, desmiente tales acusaciones, ya que los misiles iraníes “no están diseñados para lanzar ojivas nucleares”.
El jueves, el ministro iraní de Defensa, el general de brigada Husein Dehqan, describió como “exitosa” la reciente prueba, que, según las autoridades de Teherán, se enmarca en los programas persas de disuasión con armas convencionales.
Ante las infundadas advertencias lanzadas por Washington, Irán asegura que afrontará cualquier intervención extranjera contra su programa de misiles y el fortalecimiento de su capacidad defensiva.
Este mismo viernes, Trump ha demostrado su ira respecto al programa de misiles de Irán tuiteando que “Irán está jugando con fuego, no aprecian lo amable que fue con ellos el presidente (Barack) Obama. ¡Yo no (lo seré)!”.
A su vez, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, ha respondido a su mensaje asegurando que “las amenazas no tienen efecto sobre Irán”, a la vez que reiteraba que Irán nunca iniciará una guerra, “pero sólo puede confiar en sus propios medios de defensa”.
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