“El secretario de Defensa de EE.UU. debe consultar a un médico; creo que tenía fiebre y estaba delirando”, ha dicho el alto mando militar iraní en referencia a declaraciones de Mattis según las cuales Irán no es un país democrático y es el factor más desestabilizador del Oriente Medio.
En palabras pronunciadas al margen de una reunión del gabinete iraní, el titular de Defensa del país persa ha recordado que cada vez que Washington ha intentado actuar contra Irán, directa o indirectamente, el pueblo iraní ha demostrado que no tolera el desprecio, el insulto ni la amenaza por parte de ninguna potencia mundial.
El ministro iraní de Defensa ya había rechazado las afirmaciones “vergonzosas” de Mattis ayer martes, por contravenir a su juicio el derecho internacional, y había subrayado que los estadounidenses deben esforzarse por resolver sus propios problemas, en vez de meterse en los asuntos de otros países.
El secretario de Defensa de EE.UU. debe consultar a un médico; creo que tenía fiebre y estaba delirando”, señala el ministro iraní de Defensa, el general de brigada Husein Dehqan.
El general de brigada también se ha pronunciado sobre el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), considerando que la ideología de la banda takfirí ha perdido todo rastro de base racional, por lo que no hallará aceptación en ninguna parte del mundo.
Tras hacer alusión al hecho de que la banda terrorista takfirí está perdiendo sus zonas de concentración en Irak y en muchas partes de Siria, Dehqan ha afirmado que en el caso de que haya una voluntad seria, se podrá acabar con los terroristas que quedan en el Oriente Medio.
No se trata de la primera vez en que Mattis se pronuncia contra la República Islámica de Irán. Lo hizo ya a finales del pasado mes de mayo cuando, en una entrevista concedida a la cadena estadounidense de televisión CBS, acusó a Teherán de desestabilizar el Oriente Medio y de haber intentado asesinar al canciller saudí, Adel al-Yubeir.
La Cancillería iraní rechazó en duros términos tales acusaciones del jefe del Pentágono y tachó esas afirmaciones de “fabricadas e infundadas”.
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