• El candidato presidencial republicano, Donald Trump, habla durante una reunión en el centro de James L. Knight, Miami, Florida, el 16 de septiembre de 2016.
Publicada: jueves, 22 de septiembre de 2016 9:41
Actualizada: jueves, 22 de septiembre de 2016 13:04

El giro en la posición del candidato republicano, Donald Trump, para revertir la apertura de Estados Unidos hacia Cuba ha provocado preocupaciones entre los cubanos.

El fin de semana pasado, Trump, de visita en Miami, expresó que en caso de ser electo revocaría las medidas del mandatario Barack Obama, que según el candidato son un desastre, para restablecer las relaciones con Cuba, a no ser que Castro cumpla con demandas de su gobierno como “libertad religiosa y política para el pueblo cubano y la liberación de los presos políticos”, informaron el miércoles varios medios de comunicación.

Asimismo, este giro al apoyo que ha dado Trump en su posición generó preocupación a su par cubano, que puso sobre el tapete la fragilidad de la nueva relación que se busca construir entre ambos países, mientra ahora incluye una serie de medidas ejecutivas de Obama, quien no pudo convencer al Congreso de avanzar en el levantamiento de las leyes del embargo.

Cabe recordar que por ser medidas ejecutivas, que no necesitan autorización del Congreso, el próximo mandatario puede revertirlas a su gusto.

 

El pasado 9 de septiembre el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, presentó un informe sobre las consecuencias del bloqueo económico de EE.UU., y afirmó que los daños en el último año sumaron US$ 4680 millones.

Por su lado, algunos expertos cubanos creen que el candidato busca complacer a los anticastristas cubano-estadounidenses en el sur de la Florida, mientras tienen duda de que el multimillonario al ser presidente cumpla con sus promesas de campaña.

Según los analistas internacionales, la normalización de los nexos de La Habana-Washington, anunciada el 17 de diciembre por los presidentes de Cuba y EE.UU., Raúl Castro y Barack Obama, respectivamente, debería partir del fin del bloqueo.

Washington puso en vigor en enero una serie de medidas para flexibilizar los viajes, el envío de remesas, comercio y otros, pero sin eliminar el embargo económico contra Cuba vigente desde 1962.

Por otro lado, pese a la reanudación de las relaciones entre ambos países, Obama prolongó el pasado mes de febrero por un año más —con modificaciones— la declaración de emergencia nacional estadounidense contra Cuba.

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