Este sábado, decenas de miles de detractores de la expresidenta surcoreana Park Geun-hye han marchado en Seúl, la capital, tanto para celebrar la caída del poder de Park como para exigir su encarcelamiento, según ha recogido este mismo día la agencia británica de noticias Reuters.
“Impeachment no es el final, no nos hemos dispersado, aún seguimos adelante, unidos”, ha dicho un manifestante opositor a la presidenta destituida que dio su nombre como T.H. Kim. “Ahora, ella es una ciudadana, si se ha equivocado, tiene que ser arrestada”, agregó.
Ahora, ella (la expresidenta surcoreana Park Geun-hye) es una ciudadana, si se ha equivocado, tiene que ser arrestada”, ha dicho un manifestante opositor a la presidenta destituida que dio su nombre como T.H. Kim.
Eso viene un día después de que el Tribunal Constitucional del país expulsara a la mandataria de su cargo por escándalo de corrupción y tráfico de influencias, que también involucra a grandes firmas del país.

Tras la decisión judicial, miles de partidarios de Park también reaccionaron al veredicto saliendo a las calles en apoyo a la presidenta depuesta. Hasta el momento tres personas han muerto en las protestas organizadas en Seúl.
Ante tal escenario de violencia que sacude las calles de la capital, la exjefa de Estado, sigue en absoluto mutismo y aún se atrinchera en la casa presidencial.
La mandataria, acusada de corrupción, dejó el cargo después de meses de turbulencias políticas. Cientos de miles de surcoreanos protestaban en las calles contra la Administración de Park.
La Fiscalía denuncia la complicidad de Park con su amiga Choi Soon-Sil, imputada por extorsión y abuso de poder. La presidenta fue destituida por el Parlamento el pasado 8 de diciembre.
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