Según la agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP), luego de su ingreso en el país árabe, los chinos se han unido a los grupos terroristas como el EIIL (Daesh, en árabe), el Frente Fath al-Sham (anteriormente llamado Frente Al-Nusra, filial de Al-Qaeda en Siria) o la banda Ahrar al-Sham.
La mayoría de ellos, provenientes de la región autónoma Uigur de Sinkiang, actúa independientemente y se desconoce su papel exacto en la crisis siria. A su llegada, tomaron el control de varias zonas en el norte de Siria y ahora no permiten la entrada de nadie ni siquiera los médicos.
De acuerdo con los expertos, su autoaislamiento se debe a que no hablan árabe, sin embargo, su desconocimiento de la lengua que domina Siria no tiene nada que ver con el hecho de que están bien organizados y luchan ferozmente contra las fuerzas de Siria.
Su creciente rol en Siria ha dado lugar a una mayor cooperación entre las agencias de inteligencia sirias y chinas que temen que estos terroristas, que se encuentran en el país árabe junto a sus familias, puedan algún día regresar a su país natal y causar problemas allí.
En el último año, los funcionarios chinos y sirios han comenzado a realizar reuniones regulares de alto nivel una vez al mes para compartir información sobre los movimientos de los extremistas chinos en Siria, según una fuente conocedora del asunto, que habló bajo condición de anonimato.
A mediados del pasado mes de febrero, el embajador de Siria en Pekín, Imad Mustafa, informó que cerca de 5000 elementos de origen chino combatían en las filas de los terroristas en el suelo sirio. No obstante, esta cifra no incluye a los familiares de estos milicianos.
El diplomático sirio detalló, también, que el 100 % de los terroristas procedentes de China se filtró desde Turquía, pues dicho país “facilitó las condiciones para su traslado”, aunque hoy lucha supuestamente contra el EIIL.
Pekín, asimismo, ha admitido la presencia de ciudadanos chinos en los conflictos que se viven en el Oriente Medio. En 2015, el Ministerio de Seguridad de China sostuvo que cientos de sus conciudadanos habían partido desde el territorio chino rumbo a Siria e Irak para unirse a los terroristas.
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