El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino Lu Kang, desmintió el martes los informes del diario The New York Times que alegó que los esfuerzos de China para revivir las antiguas rutas comerciales, es decir, la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, provocan tensiones geopolíticas.
El rotativo estadounidense habló además, de la profunda inquietud de ciertos países sobre la posibilidad de ser demasiado dependientes del gigante asiático.
Para Lu, la iniciativa es una propuesta abierta y no una herramienta geopolítica, y que China no presiona a nadie para que la acepte.

Dijo que la propuesta presentada en 2013 por el presidente chino, Xi Jinping, ha tenido una buena acogida entre los países que se encuentran en estas rutas, de manera que hasta el momento más de 60 Estados y organizaciones internacionales han expresado sus impresiones positivas sobre la iniciativa.
"La Franja y la Ruta" favorece los intereses económicos de no sólo los países de la región, sino de los Estados europeos, mejorando las conexiones entre Eurasia y el resto del mundo, afirmó.
El vocero aseguró que su país se mantendrá comprometido a seguir impulsando la iniciativa para alcanzar beneficios mutuos.
El reciente informe de New York Times y muchos comentarios similares de las autoridades estadounidenses parecen reflejar la gran preocupación de Washington por una presunta pérdida de su influencia en la región de Asia y el Pacífico.
Pekín, por su parte, afirma que el militarismo estadounidense amenaza la paz en la región y ha pedido a Washington que se abstenga de realizar pruebas de fuerza.
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