De acuerdo con el viceministro iraní de Economía, Masoud Karbasian, Irán se convertirá en un país de tránsito para 12 millones de toneladas anuales de mercancías, cuando se ponga en marcha el cinturón económico de la nueva Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda.
Ambas rutas abarcarán un territorio con una población de 4400 millones de personas (un 63 % del total mundial), que corresponde a un 29 % del Producto Interior Bruto (PIB) global.
La iniciativa es idea del presidente chino, Xi Jingping, quien confía en que, dentro de una década, el proyecto aporte más de 2,5 mil millones de dólares de intercambio comercial a los potenciales países participantes, que son más de 50, según Pekín.

Según Karbasian, la situación geográfica de Irán es única para la nueva Ruta de la Seda, ya que es vecino de 15 países, incluidos siete sin salida al mar.
La nueva Ruta de la Seda podría conllevar importantes cambios geopolíticos, poniendo fin al dominio económico de EE.UU. mediante el comercio en divisas nacionales y no en dólares.
La antigua Ruta de la Seda, creada hace más de 2100 años, conectaba China oriental con Persia.
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