La Cancillería de Brasil urgió el viernes en un comunicado a todos los países para que se abstengan de acciones unilaterales que puedan comprometer el resultado de las negociaciones sobre el estatus final de la ciudad santa de Al-Quds, y aclara que decidió expresar su posición ante los “recientes anuncios de gobiernos y parlamentos -con puntos de vista opuestos- sobre Jerusalén”.
“El Gobierno brasileño entiende que el estatus de Jerusalén será definido en las negociaciones entre israelíes y palestinos para el establecimiento de dos estados, dentro de las fronteras delimitadas con base en las líneas de junio de 1967, internacionalmente reconocidas, y con libre acceso a los lugares santos de las tres religiones monoteístas, en los términos de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU)”, indica el Ministerio de Asuntos Exteriores brasileño.
En las recientes semanas tanto el Gobierno de Estados Unidos como el de Guatemala anunciaron su decisión de trasladar la embajada de sus respectivos países desde Tel Aviv hasta Al-Quds, por considerar a esta última como la capital del régimen israelí.
El Gobierno brasileño entiende que el estatus de Jerusalén (Al-Quds) será definido en las negociaciones entre israelíes y palestinos para el establecimiento de dos estados, dentro de las fronteras delimitadas con base en las líneas de junio de 1967, internacionalmente reconocidas, y con libre acceso a los lugares santos de las tres religiones monoteístas, en los términos de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU)”, indica el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil en un comunicado.
Guatemala fue uno de los nueve países que la semana pasada votó en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (AGNU) en contra de una resolución no vinculante que criticaba la medida de Estados Unidos de reconocer Al-Quds como la capital israelí. La resolución fue aprobada por mayoría y la ONU declaró la acción norteamericana nula y vacía.
La polémica decisión estadounidense ha provocado un gran rechazo a nivel regional y mundial. Además, numerosos Estados alertan de las peligrosas consecuencias de tal iniciativa.
Los palestinos consideran Al-Quds como capital de su futuro Estado. La comunidad internacional rechaza la soberanía israelí sobre la urbe tras su ocupación por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967 y su posterior anexión en 1980.
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