El informe de la lucha antidroga del Gobierno de EE.UU. publicado el lunes "mantiene" a Venezuela y Bolivia —junto con Afganistán, Birmania, Colombia, entre otros— como “grandes países productores o de tránsito de drogas”, acusando a las dos naciones americanas de no cumplir con sus compromisos contra el tráfico y la producción de drogas en los últimos doce meses.
En un acto en el municipio de Tapacarí (departamento de Cochabamba), el presidente boliviano, Evo Morales, afirmó ayer martes que el informe de EE.UU. contradice los datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE), que reconocen los esfuerzos y la política antidroga de Bolivia.
El jefe de Estado aseguró que, para que Bolivia estuviera aprobada en el informe de lucha antidroga de EE.UU., debería ser un país proimperialista y procapitalista.
Para ser aprobados por el Departamento de Estado de EE.UU., tendríamos que ser Gobierno y presidente proimperialista y procapitalista. Como somos anticapitalistas y antiimperialistas, estamos mal en la lucha contra el narcotráfico", indicó el presidente de Bolivia, Evo Morales.
"Para ser aprobados por el Departamento de Estado de EE.UU., tendríamos que ser Gobierno y presidente proimperialista y procapitalista. Como somos anticapitalistas y antiimperialistas, estamos mal en la lucha contra el narcotráfico", indicó.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, resaltó en la misma jornada que el informe es “político” y aseveró, ratificando las declaraciones de Morales, que las acusaciones se deben a que Bolivia planta cara a la “posición imperialista” de Washington.
Según Romero, el informe del Gobierno estadounidense es "deficitario" y "contradictorio" y, en este sentido, mencionó algunas incongruencias.
Romero detalló que en Bolivia se han incrementado en un 163 % los operativos de incautación de droga y en un 175 % la cantidad de droga secuestrada en el último año, pero igual el país se ve "descertificado".
En julio, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) explicó que Bolivia redujo sus cultivos de coca de 31.000 a 20.200 hectáreas entre 2011 y 2015, pero el Departamento de Estado norteamericano afirma que entre 2013 y 2014 las plantaciones de esa hoja aumentaron un 30 % y llegarían a las 35.000 hectáreas.
Morales, que en reiteradas veces ha cuestionado el combate del narcotráfico de EE.UU. como una cortina de humo para justificar la invasión de otros países, expulsó en 2008 de Bolivia a la Agencia Antidroga de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés), tras demostrarse que los funcionarios estadounidenses estaban involucrados en estrategias y complots políticos de la oposición contra su Gobierno. A partir de ese año, La Paz emprendió su propia política antidroga.
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