Casi 10 000 personas han salido este sábado a las calles de Ereván llevando pancartas en las que se leía: “Nikol, traidor”; y gritando lemas: “Nikol, vete”, exigían la dimisión del primer ministro armenio por aceptar en noviembre la tregua que resultó en la victoria de Azerbaiyán en el conflicto que estalló en la región disputada de Nagorno Karabaj.
La protesta es la más amplia e importante celebrada por los armenios indignados desde que comenzó este tipo de manifestaciones contra Pashinián tras el alto el fuego.
Durante la protesta, los manifestantes, que consideran dicha tregua como una catástrofe, llevaban banderas de Armenia y de Nagorno Karabaj, y algunos mostraban fotografías de soldados que perdieron la vida en la reciente guerra.
“Por su culpa nuestra patria y nuestro pueblo han recibido unas heridas que tardarán varias generaciones en sanar”, ha dicho Mania Khashatrian, uno de los manifestantes, a la agencia francesa de noticias AFP.
Ereván y Bakú viven enemistadas desde el inicio del conflicto Nagorno Karabaj en 1988, cuando ese enclave, con apoyo del Gobierno armenio, decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. En 1994, un alto el fuego puso fin al conflicto bélico, pero no resolvió el problema, por lo que desde entonces las escaramuzas son frecuentes en el enclave. De hecho, el 27 de septiembre de 2020 se reanudaron los enfrentamientos.
Tras casi un mes y medio de confrontación total, Pashinián anunció el 10 de noviembre que había firmado “una declaración con los presidentes de Rusia y de Azerbaiyán, Vladimir Putin y Ilham Aliev, respectivamente, para poner fin a la guerra” en Nagorno Karabaj.
El pacto “extremadamente doloroso”, de acuerdo con Pashinián, establece que Armenia y Azerbaiyán mantendrán las zonas “conquistadas”. Además, Armenia fue obligada a entregar otros distritos que controlaban sus fuerzas desde los años 90, a saber: Kalbajar, Agdam y Lachin.
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