El jueves, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) exigió al Gobierno birmano que garantice el acceso a las zonas conflictivas para poder aliviar el sufrimiento de cientos de miles de musulmanes rohingyas.
Según las últimas estimaciones, el número de refugiados en Bangladés aumentó a medio millón. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pide mayor compromiso internacional para hacer frente a esta crisis.
El país asiático niega la ciudadanía a los rohingyas, musulmanes que llevan siglos viviendo bajo la represión en esta nación de mayoría budista. La ONU ha abierto este viernes una investigación internacional sobre las posibles violaciones de derechos humanos en este país.
El Gobierno birmano se negaba a cooperar con la comunidad internacional y rechazaba toda acusación de limpieza étnica, pero las presiones han hecho que dé marcha atrás en algunos temas. En un principio, ha aceptado la entrada de observadores para analizar la situación sobre el terreno.
smd/tas