• El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en una comparecencia ante los periodistas.
Publicada: viernes, 16 de diciembre de 2016 6:13
Actualizada: viernes, 16 de diciembre de 2016 7:54

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, corre el riesgo de someterse a un juicio político (impeachment) tras admitir que mató ‘personalmente’ a criminales.

El pasado lunes, Duterte afirmó en un discurso pronunciado en el palacio presidencial de Malacañang, en Manila (capital filipina) que había matado a supuestos drogadictos y traficantes de drogas cuando era alcalde de Davao durante 22 años.

“En Davao, lo solía hacer yo personalmente (matar). Quería enseñar a los policías que si lo hago yo, ¿por qué no van a poder hacerlo ellos?”, admitió el jefe de Estado filipino.

La declaración del presidente se traduce en traición a la confianza que los ciudadanos le otorgaron y se constituye en confesión de crímenes muy graves, apenados por la Constitución con la destitución por ‘impeachment’”, afirmó la senadora opositora de Filipinas, Leila de Lima.

Según declaró el jueves la senadora opositora, Leila de Lima, a la cadena de televisión estadounidense CNN, estas confesiones de Duterte podrían ser un motivo de destitución “bajo la Constitución”.

“La declaración del presidente se traduce en traición a la confianza que los ciudadanos le otorgaron y se constituye en confesión de crímenes muy graves, apenados por la Constitución con la destitución por ‘impeachment’”, apuntó.

Por su parte, el senador Richard Gordon advirtió el jueves de que Duterte se arriesga a impeachment por sus declaraciones. “Cuando dices algo como eso, te estás exponiendo (…) él lo dijo, así que legalmente puede enfrentarse a un proceso de destitución”, manifestó.

 

Sin embargo, el ministro de Justicia del país del sudeste asiático, Vitaliano Aguirre, expresó su apoyo a las medidas adoptadas por el mandatario filipino, al subrayar que aunque Duterte hubiera matado, no significaría que haya cometido algún crimen, “a lo mejor existieron causas que justificaron sus acciones”.

No fue la primera vez que Duterte reconoció públicamente haber matado delincuentes. Aunque las encuestas muestran un apoyo abrumador de los filipinos a su mandato, su lucha antidroga es muy criticada por EE.UU. y sus socios occidentales, lo que Duterte califica de "injerencia" en asuntos internos de su país.

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