Israel ha convertido la alimentación en un arma para obligar a los palestinos a renunciar a sus derechos legítimos, denunció el jueves el relator especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación en dos documentos publicados al respecto.
La APN, Grupo Árabe para la Protección de la Naturaleza, ha colaborado en la realización de los documentos y en ellos se explican la naturaleza, el grado y el impacto de la violencia israelí en los sistemas alimentarios de Palestina y Jordania.
¿Qué tácticas usa Israel para vulnerar el derecho a la alimentación de los palestinos?
En lo que respecta a los palestinos en los textos se describen las tácticas empleadas por la ocupación israelí para usar los alimentos como arma. La consigna es hacer que los palestinos dependan de Israel para poder tener acceso a alimentos, incluso obligándolos a renunciar a sus derechos.
Israel consigue poner entre las cuerdas a los palestinos, “arrancando o quemando sistemáticamente los árboles, impidiendo a los palestinos el acceso a sus tierras y confiscando ilegalmente las tierras en barbecho”. Sin embargo, uno de los pasos más brutales es “envenenar el agua y las tierras palestinas continuamente”.
En cuanto a la situación en Jordania, el documento de la APN revela un plan israelí para dañar el sector agrícola del país incendiando tierras en el valle del Jordán, que representa la piedra angular de la soberanía alimentaria nacional.
Israel busca la hidrohegemonía de la zona
Los palestinos dicen que el régimen de Tel Aviv les impide de forma activa tener acceso a agua potable. Se quejan de que pagan precios muy altos por los cubos de agua que los israelíes les venden. Mientras, señalan que las comunidades israelíes que viven en los asentamientos ilegales en Cisjordania cuentan con grandes reservas de agua.
Los palestinos se ven obligados a comprar agua al régimen de Israel debido al acuerdo provisional de Oslo de 1995. Según el pacto, solo el 20 % de los recursos hídricos de Cisjordania va a parar a los palestinos que viven en esta zona, mientras que el 80 % llega a los israelíes.
Además, Israel ha trazado un plan para expandir su hegemonía sobre los recursos hídricos de Jordania a través de diferentes estrategias como el bombeo excesivo y el desvío del exceso de agua para proyectos de desarrollo, así como la contaminación de la parte sur del río con residuos agrícolas.
Estas violaciones, de acuerdo a la APN, “tuvieron un impacto perjudicial en los recursos hídricos de Jordania, que es el segundo país del mundo con escasez de agua en términos de consumo anual de agua per cápita”.
Desde las Naciones Unidas se exigen medidas para “responsabilizar a Israel de sus ataques sistemáticos contra los sistemas alimentarios palestino y jordano, y para obligar a Israel a indemnizar a los agricultores afectados por los daños y pérdidas causados por estos ataques”.
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