“Últimamente Arabia Saudí se ha mostrado interesada por estar presente en Afganistán. Se cree que el interés para invertir en Afganistán, ofrecido por parte de un miembro de la familia real saudí, es político”, ha asegurado este domingo Nasrolá Sadeqizadeh Nili, el representante de la provincia céntrica de Daikundi en el Parlamento afgano, en una entrevista con la agencia iraní de noticias IRNA.
El legislador afgano ha hecho estas afirmaciones en alusión a las declaraciones del multimillonario príncipe saudí Al-Walid bin Talal, quien la semana pasada durante una reunión que mantuvo con el presidente afgano, Ashraf Qani, en Kabul, la capital, se mostró muy interesado en realizar inversiones en Afganistán.
Últimamente Arabia Saudí se ha mostrado interesada por estar presente en Afganistán. Se cree que el interés para invertir en Afganistán, ofrecido por parte de un miembro de la familia real saudí, es político”, ha asegurado Nasrolá Sadeqizadeh Nili, el representante de la provincia céntrica de Daikundi en el Parlamento afgano.
Entretanto, el político afgano ha indicado que Arabia Saudí tiene un historial negro en Afganistán, como que desempeñó un papel relevante en el fortalecimiento de la banda extremista Talibán y en reconocerla oficialmente, hechos que, aseguró, no olvidará el pueblo afgano.
Asimismo, ha agregado que después de la invasión estadounidense a Afganistán, y la eventual derrota del grupo Talibán, los saudíes no hicieron las cooperaciones necesarias con Kabul, y siguieron apoyando a esa banda terrorista.
En este sentido, el parlamentario afgano tiene la esperanza de que el Gobierno de Afganistán tenga en cuenta ese punto tan importante, argumentando que en las actuales circunstancias y considerando la situación crítica de varios países en la región, las metas políticas solamente aumentarán el extremismo.
Por último, aconsejó a Arabia Saudí que en vez de hacer inversiones económicas en Afganistán, gaste su dinero en la lucha contra el terrorismo, poniendo de relieve que la mejor ayuda para Kabul sería el cese del apoyo saudí a los grupos extremistas en su país.
Muchos países acusan al régimen saudí de brindar todo tipo de apoyo a los grupos terroristas que operan en el suroeste de Asia y de agravar las crisis tanto de Siria como de Irak. Además, desde marzo de 2015, Yemen es blanco de los bombardeos saudíes, lo que convierte a Riad en responsable directo de pérdidas humanas.
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