En el conflicto que azota a Afganistán con los enfrentamientos entre el Gobierno y los talibanes, el régimen saudí es objeto de críticas por desempeñar una ‘posición única’: ‘está en ambos lados’, indica un artículo publicado el pasado martes por el diario estadounidense The New York Times.
“Viejo aliado de Paquistán, Arabia Saudí ha apoyado la promoción por Islamabad de los talibanes. A lo largo de los años, ricos jeques saudíes y pudientes filántropos han avivado también la guerra mediante el financiamiento privado de los insurgentes”, explica el texto.
Viejo aliado de Paquistán, Arabia Saudí ha apoyado la promoción por Islamabad de los talibanes. A lo largo de los años, ricos jeques saudíes y pudientes filántropos han avivado también la guerra mediante el financiamiento privado de los insurgentes”, indica un artículo publicado por el diario The New York Times.
Este recalca que Riad apoya ‘oficialmente, aunque con frialdad’ al Ejecutivo afgano y la misión que desempeña Estados Unidos en el país asiático desde 2001, cuando lo invadió bajo pretexto de combatir el terrorismo (pese a lo cual sigue siendo hoy un país inseguro).
Según el artículo, el régimen de los Al Saud mantiene una política de doble rasero que le permite negar oficialmente su apoyo a los talibanes, haciendo caso omiso de la financiación privada a Talibán, una banda que de vez en cuando comete atentados.
El resultado es que, prosigue, los saudíes —a través de canales privados o encubiertos— han apoyado tácitamente a los talibanes, de manera que el reino se ha convertido en un agente de poder indispensable.
En el mismo sentido, alude a una entrevista que concedió al New York Times el ex “ministro de finanzas” de Talibán Aga Jan Mutasim, quien contó haber viajado varias veces a Arabia Saudí para recaudar fondos con el pretexto de una peregrinación.
A los talibanes también se les permitió hacerse con sumas millonarias mediante la extorsión a cientos de miles de familias afganas que trabajan en Arabia Saudí, destaca el texto citando a Vali Nasr, exasesor del Departamento norteamericano de Estado.
Muchos países acusan al régimen de Arabia Saudí de brindar todo tipo de apoyo a los grupos terroristas que operan en el suroeste de Asia y de agravar las crisis tanto de Siria como de Irak. Además, desde marzo de 2015, Yemen es blanco de los bombardeos saudíes, lo que convierte a Riad en responsable directo de pérdidas humanas.
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