• El jefe del Mando Central de EE.UU., el general Joseph Votel (izda.), ofrece un discurso ante el Comité de Servicios Armados del Senado, en Washington D. C. , 9 de marzo de 2017.
Publicada: jueves, 9 de marzo de 2017 18:24

El jefe del Mando Central de EE.UU. piensa que Washington puede necesitar más tropas en Afganistán para romper el ‘estancamiento’ de la guerra contra Talibán.

"Creo que implicará fuerzas adicionales para asegurar que podamos hacer que la misión de asesoramiento y asistencia sea más efectiva", ha afirmado este jueves el general Joseph Votel.

En una intervención ante el Comité de Fuerzas Armadas del Senado, Votel ha explicado que actualmente está trabajando en una “nueva estrategia” para evitar el resurgimiento del Talibán, un grupo insurgente que controla gran parte del territorio afgano pese a la presencia de miles de militares extranjeros en el país.

Creo que implicará fuerzas adicionales para asegurar que podamos hacer que la misión de asesoramiento y asistencia sea más efectiva", ha afirmado el general Joseph Votel, jefe del Mando Central de EE.UU.

Estas declaraciones se producen un mes después de que el comandante de las operaciones de EE.UU. en Afganistán, el general John Nicholson, pidiera el despliegue de “miles de efectivos adicionales”, además de admitir que la guerra contra Talibán “está en punto muerto”.

"Tenemos un déficit de unos miles (de militares)", sostuvo el comandante, asegurando que estas fuerzas, que pueden proceder tanto de Estados Unidos como de otros países de las operaciones en Afganistán de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), son necesarias para combatir la insurgencia talibán.

El general Votel ha explicado que las tropas adicionales podrían utilizarse para mejorar las capacidades de la Fuerza Aérea afgana y las fuerzas de operaciones especiales.

Ha agregado además que está de acuerdo con la estimación de Nicholson de que hay un déficit de unos pocos miles de soldados, pero que no proporcionará una cifra más específica, a la espera de una decisión del secretario de Defensa, James Mattis.

En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán dentro de su llamada “guerra contra el terrorismo”. La ofensiva apartó del poder a los talibanes, pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros —de los cuales 8400 efectivos son estadounidenses—, sigue dominando gran parte del territorio afgano.

 

Más de 15 años de presencia militar extranjera tampoco han podido evitar el nuevo brote de terrorismo en Afganistán, a donde han llegado miles de integrantes del grupo ultraviolento EIIL (Daesh, en árabe).

Rusia ha responsabilizado a EE.UU. de la grave situación reinante en Afganistán y la creciente presencia de EIIL en el país. Moscú considera estéril la nueva estrategia de Washington basada en enviar fuerzas adicionales al país asiático y argumenta que “un contingente de 100.000 soldados de EE.UU. desplegado en ese país no consiguió mejorar la situación”, según un comunicado de la Cancillería rusa.

ftm/mla/tmv/mrk