Staffan de Mistura se reunió en Ginebra, Suiza, con los embajadores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) para abordar el conflicto en Siria. El objetivo fue allanar el terreno para los diálogos entre representantes del Gobierno sirio y de la oposición, previstos para el 25 de enero.
Al respecto, el canciller sirio, Walid al-Moalem advirtió que los próximos diálogos de paz fracasarán si existen injerencias foráneas. Dijo que debe prepararse una lista de las fuerzas opositoras que viajarán a Ginebra, porque el Gobierno sirio no dialogará con aquellos que calificó de “fantasmas”. Por otra parte, destacó que Rusia ha tenido mejor desempeño que EE.UU. en la lucha contra el terrorismo en Siria.
Mientras tanto, el Ejército sirio sigue ganando terreno en su lucha contra los terroristas. Logró retomar el control de cuatro aldeas en la provincia de Latakia, cerca de la frontera turca.
Según medios locales, en la ofensiva las fuerzas sirias abatieron a cientos de terroristas, y hallaron varios alijos de armas y municiones. También un gran número de terroristas se vieron obligados a huir hacia la ciudad de Rabia.
En otra localidad, en el pueblo chií de Al-Fua, en la provincia siria de Idlib, cientos de ciudadanos protestan y exigen ayuda. Están cercados por los terroristas. Piden a la comunidad internacional que ayude a rescatarlos.
La protesta tuvo lugar tras la muerte de una niña de 16 meses debido a la falta de medicamentos. Denunciaron la escasez de comida, agua y medicinas.
Esta es la imagen de Siria, fruto de cuatro años de guerra y cercos impuestos a la población civil, que espera con ansia una salida de la actual crisis.
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