Con el motivo del primer aniversario de la caída de Mosul, la segunda ciudad de Irak y capital de la provincia norteña de Nínive, en manos del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe), Al-Bayati ha presentado un informe en el que documenta los crímenes perpetrados por esta banda durante un año.
Según el funcionario iraquí, diez de las trece fosas han sido localizadas en la base aérea de Camp Speicher, ubicada cerca de la ciudad de Tikirt, capital de Salah al-Din, donde se han desenterrado hasta ahora 597 cadáveres de los 1700 miembros de esta base que fueron ejecutados por Daesh poco después de la toma de Mosul.

El informe, que será enviado al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, recuerda también el asesinato de 547 presos chiíes en la cárcel de Badush, ubicada a unos 15 kilómetros al oeste de Mosul, y el secuestro de 900 mujeres de minoría izadí, en su mayoría vendidas en mercados de esclavas en Nínive e incluso en Siria.
De igual modo, denuncia el reclutamiento de niños por parte del EIIL y otros grupos terroristas para los combates y para ser usados como escudos humanos.
Además, precisa que un total de 42 iglesias y 25 templos izadíes han sido destruidos por los terroristas, además de un gran número de mezquitas y santuarios.
Daesh se infiltró en junio de 2014 en Irak a través del territorio sirio y se hizo con el control de amplias zonas, sobre todo en la provincia occidental de Al-Anbar, la mayor de Irak.
El Ejército iraquí, que cuenta con el apoyo de tropas voluntarias, lleva a cabo una gran operación para expulsar a los terroristas de Al-Anbar, tras recuperar el control de la provincia de Diyala (este) y varias otras ciudades.
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