Una mujer resultó muerta en las manifestaciones contra el presidente Pierre Nkurunziza. Fuentes médicas, por su parte, confirmaron la muerte de otras dos personas por la detonación de una granada.
El balance de víctimas de la jornada de protestas todavía no se ha confirmado, aunque las autoridades estatales regularmente descartan que la muerte de los manifestantes se deba a los disparos de los agentes.
Las fuerzas de seguridad además recurrieron a gases lacrimógenos para dispersar la nueva movilización contra el presidente Pierre Nkurunziza.
Con estas tres muertes, la cifra de víctimas mortales asciende a 22, desde que comenzaron las protestas a finales del pasado mes de abril.

La actual crisis de Burundi es la peor que ha experimentado el país después de que se terminó la guerra civil en el año 2005. La decisión del presidente de postularse a un tercer mandato presidencial, pese a la limitación a dos mandatos que establece la Carta Magna ha intensificado la indignación popular.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, ha condenado la represión policial en Burundi y al mismo tiempo ha instado a las autoridades del país africano a abrir una investigación sobre la muerte de manifestantes.
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