Como continuación de la ayuda militar del Occidente a varios países del Golfo Pérsico, esta vez el país norteamericano ha decidido equipar al reino árabe, socio estratégico de Washington actualmente inmerso en una agresión aérea a Yemen, su vecino sureño.
El Departamento de Estado ha tomado la decisión de aprobar una eventual venta militar extranjera a Arabia Saudí”, señala un comunicado emitido por la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa del Pentágono (ACSP).
“El Departamento de Estado ha tomado la decisión de aprobar una eventual venta militar extranjera a Arabia Saudí”, señala un comunicado emitido este jueves por la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa del Pentágono (ACSP). El costo estimado es 154,9 millones de dólares, agrega.
El país árabe ha solicitado recientemente la adquisición de armas para actualizar al menos cinco sistemas de armamento de proximidad (CIWS, en ingles) MK-15 Phalanx que utiliza en la actualidad la Fuerza Naval saudí. En el costo estimado se incluyen piezas de repuesto y reparación, junto con el apoyo técnico y el entrenamiento del personal necesario.
El texto indica además que la venta propuesta contribuirá a mejorar la seguridad de un socio estratégico regional de EE. UU., que ha sido y continúa siendo un factor importante para la estabilidad política y el progreso económico de Oriente Medio.
Tal y como asegura la nota, una vez recibida la luz verde de las instancias legislativas, el Departamento de Estado estadounidense podrá poner en marcha el proceso de la nueva ayuda militar a Arabia Saudí.
Pese a las constantes críticas y protestas de distintas organizaciones internacionales, varios países occidentales —entre ellos, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos—, dan con frecuencia su beneplácito a la venta de equipos militares a Riad.
En 2014, Arabia Saudí se convirtió en el mayor importador de armas del mundo con la compra de equipamiento militar, principalmente de EE. UU., por un valor de 6,4 mil millones de dólares.
La nueva ayuda militar de Washington a Riad sale a la luz en momentos en que el régimen wahabí lleva a cabo una agresión militar contra Yemen, provocando la muerte de miles de personas, y planea lanzar nueva agresión, esta vez terrestre y a Siria en nombre de la lucha antiterrorista, junto a varios de su aliados regionales y extraregionales.
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