Para los habitantes de la referida ciudad ubicada en el Kurdistán iraquí, el despliegue de las fuerzas del Ejército de Turquía en el suelo de esta región semiautónoma representa “un serio peligro” para la seguridad nacional.
Turquía desplegó el pasado 4 de diciembre un batallón blindado y centenares de sus efectivos en la zona de Bashiqa en la provincia norteña iraquí de Nínive sin la autorización de Bagdad, so pretexto de entrenar a las fuerzas kurdas (los Peshmerga) contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Los enfurecidos kurdos han reclamado la inmediata retirada de los soldados turcos de Irak, al tiempo que denuncian que con esta medida, Ankara ha debilitado la posición de los Peshmerga.
Además, han instado a las autoridades locales a aclarar su postura ante la “violación de soberanía” de esta región por parte de Ankara y tomar una medida contundente al respecto.
El martes, los iraquíes protestaron ante la embajada de Turquía en la capital Bagdad para expresar su repudio a la intervención militar turca en su país.
La presencia militar de Ankara en Irak levantó duras críticas de las autoridades de este país árabe. El presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, manifestó su desacuerdo con el despliegue de fuerzas turcas en una conversación que mantuvo el martes con el primer ministro del país, Haidar al-Abadi.

Por otro lado, el jefe de la Diplomacia iraquí, Ibrahim al-Yafari, aseguró el miércoles que Bagdad denunciará ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y la Liga Árabe (LA) la violación a la soberanía de su país por parte de Turquía.
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