La alianza formada por diputados del Partido de los Trabajadores (PT), Comunista de Brasil (PCdoB), Socialista (PSB) y Democrático Laboral (PDT), tiene como meta neutralizar cualquier tentativa de la oposición de estimular el fin de la legalidad democrática a través de maniobras ilegales y pretextos artificiales.
Los integrantes de esa alianza harán frente a los planes que buscan socavar el orden constitucional y el estado de derecho, dijo Jandira Feghali.
La legisladora del PCdoB, Jandira Feghali, dijo el jueves que los integrantes de esa alianza harán frente a los planes que buscan socavar el orden constitucional y el estado de derecho.
Feghali aseguró además que en la democracia brasileña no hay lugar para los golpistas, y anunció que han creado una página digital en Internet, denominada "Golpe no".

Por su parte, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, defendió el jueves a la actual mandataria ante los intentos golpistas de la oposición, y aseguró que los tiempos de golpe de Estado pasaron para no volver más.
Lula da Silva, en un escrito difundido en su página digital en Facebook, reiteró su firme apoyo a su sucesora y subrayó que el país sudamericano vive actualmente el período más sólido de su democracia desde la proclamación de la República, por lo cual "no hay espacio para un retroceso".
En los últimos meses, varios sectores opositores del país han pedido la salida de la mandataria del poder y un juicio contra ella por el caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
El martes, Rousseff, en respuesta a las críticas de la oposición, aseguró que no va a caer, ni aceptar acusaciones sin base. “No hay base para que yo caiga, que intenten, si hay una cosa de la que no tengo miedo es de eso, voy a enfrentar a la oposición (...)”, dijo.

La dignataria desafió a quienes pretenden su salida prematura del poder a que prueben que se quedó con "una moneda de dinero sucio", y afirmó que los adversarios que impulsan un juicio político "son un tanto golpistas".
El lunes, los partidos políticos y movimientos sociales de Brasil condenaron los planes golpistas urdidos por la oposición para desestabilizar el Gobierno de Rousseff.
Desde marzo de 2014, tras la revelación del escándalo de corrupción de la mayor empresa pública de América Latina, la brasileña Petrobras, en la que se ha registrado el desvío de cerca de 4 mil millones de dólares, el Gobierno de la mandataria brasileña ha sido objeto de grandes críticas realizadas por parte de la derecha en el país sudamericano y, también, por el pueblo.
Una vez destapado el escándalo, la Fiscalía brasileña ha iniciado investigaciones sobre varias altas autoridades de esta empresa.
La oposición brasileña pide a la Fiscalía que abra un juicio político con miras a destituir a Rousseff, por su supuesta responsabilidad en el escándalo de corrupción.
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