Entre 6000 y 10.000 refugiados tuvieron que malvivir durante varios meses en precarias tiendas y refugios improvisados, con solo una esperanza: llegar al Reino Unido; un sueño que hoy llega a su fin.
Solicitar asilo y pasar a otra zona de Francia, o regresar a sus países de origen: estas son las opciones que les ofrece el Gobierno. Serán trasladados a uno de los 300 centros de acogida que el Gobierno galo ha abierto en el territorio. La mayoría son afganos, eritreos y sudaneses, pero todos tienen algo en común: la incertidumbre, el miedo y la desesperación.
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