Esta serie de envío de mercancías se inició en el mes de mayo, cuando, en medio de las amenazas de EE.UU., Irán mandó más de 1,5 millones de barriles de gasolina y aditivos a Venezuela, país azotado por severas sanciones occidentales.
Y esto no fue toda la historia, Teherán también abrió un gran supermercado en Caracas, denominado Megasis. Las largas filas que hicieron los venezolanos para entrar al hipermercado volvió a suscitar celos en Washington, razón por la que no tardaron en llegar las alegaciones infundadas desde EE.UU. que dudaban del objetivo de lanzar el centro comercial.
Ahora, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dice que Venezuela comprará misiles a Irán si los necesita. “Venezuela no tiene prohibición de comprar lo que necesite (...) y si Irán tiene posibilidades de vendernos una bala o un misil, y nosotros tenemos posibilidades de comprarlo, ¡buena idea, Iván Duque!, aprobado, lo voy a hacer”, enfatizó el pasado sábado el mandatario venezolano.
Con esas palabras Maduro respondía a su par colombiano, Iván Duque, quien había dicho que Caracas se estaba preparando para comprar armas a Teherán.
“Qué buena idea, hablar con Irán y ver qué misiles tienen de corto, mediano y largo alcance y si está en nuestras posibilidades, dado las grandes relaciones que tenemos con Irán, comprar baterías misilísticas para reforzar la defensa aérea, antiaérea, terrestre, misilística de Venezuela”, señaló Maduro para después instruir al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, evaluar dicha posibilidad con Irán.
Irán y Venezuela fortalecen nexos, mientras ambos soportan sanciones asfixiantes de EE.UU. y han asegurado profundizar sus relaciones en base a intereses mutuos hasta arrodillar el imperialismo.
mrg/ktg/tqi/mkh
