La ministra de Exteriores francesa, Catherine Colonna, llamó el martes en una entrevista, a juzgar al jefe de Estado sirio, Bashar al-Asad, a quien acusó, sin prueba alguna, de usar “armas químicas” contra la nación siria.
El Ministerio sirio de Relaciones Exteriores reaccionó el miércoles, mediante un comunicado, a las afirmaciones odiosas de Colonna, diciendo que el regreso de Siria a los brazos árabes pone de manifiesto el fracaso de París y sus aliados occidentales para aislar a la nación siria.
“Francia y sus herramientas radicales fracasaron en conseguir sus metas en Siria y ahora París se hace la ciega y no quiere reconocer los cambios que se produjeron en los escenarios regional árabe e internacional”, se lee en la nota.
La Cancillería siria tachó de histérica la actitud y las reacciones de Francia respecto a la presencia de Siria en la reciente Cumbre de la Liga Árabe celebrada el 19 de mayo en Arabia Saudí, después de una suspensión de doce años.
Aclaró que las pretensiones de Francia de recuperar los legados de la época colonial e imponer su dominio en el mundo son meras ilusiones en la actualidad, y llamó a París a revisar sus políticas hegemónicas.
El Ministerio de Exteriores sirio concluyó, dejando en claro que la política colonial ya no es válida en el mundo de hoy donde surgen nuevos valores basados en la multipolaridad.
Francia cortó relaciones con Siria en 2012 un año tras el inicio del conflicto, apoyado desde el exterior, en el país árabe, y desde entonces tomó posturas muy críticas y hostiles hacia el Gobierno de Damasco en los foros internacionales.
En 2015, París se unió a la llamada coalición internacional, liderada por Estados Unidos, para combatir supuestamente el grupo terrorista Daesh, mientras, de hecho, atacaba posiciones del Ejército y las fuerzas progubernamentales.
Damasco acusa a Francia de injerencia en sus asuntos internos, de apoyar a los grupos terroristas que siguen desestabilizando el país y matando a los inocentes.
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