En declaraciones publicadas este jueves por la agencia siria oficial de noticias SANA, Al-Miqdad ha destacado el entusiasmo de Siria por fortalecer la acción conjunta y la solidaridad de los países árabes en la defensa de los intereses de sus pueblos.
“Siria quiere activar las enormes energías de los pueblos árabes en el campo del desarrollo y frente a los desafíos comunes, y si el enemigo israelí es nuestro enemigo, entonces debe haber coordinación entre nosotros para unir fuerzas y eliminar el peligro inminente que se cierne sobre los países árabes”, ha subrayado.
El máximo diplomático del país levantino ha dejado claro que la política siria está basada en la no injerencia en los asuntos internos de otros países, la defensa de la causa palestina y la liberación de los territorios árabes ocupados por Israel.
Al respecto, ha sostenido que los enemigos, desesperados por poder cambiar los principios de Siria, crearon una guerra en su contra y gastaron miles de millones de dólares en apoyo al terrorismo en el territorio sirio para dividirlo y, de este modo, materializar su plan que era crear una nueva realidad que sirviera a sus intereses, un proyecto que Siria lo paralizaba con el rol que jugaba en la zona, según el titular del país árabe.
Al-Miqdad ha destacado que Siria tiene contactos con la mayoría de los países árabes, pero Estados Unidos ejerce presiones a los Estados árabes para que no reanuden sus relaciones normales con Siria.
De esta forma, ha arremetido contra la Casa Blanca por permitir la realización de las actividades económicas en las zonas del noreste y el noroeste del país árabe, donde operan los grupos armados respaldados por Washington, poniendo de relieve que las anteriores Administraciones estadounidenses estuvieron detrás de los diez años de la guerra terrorista contra la República Árabe Siria.
El canciller sirio ha criticado también al jefe de la Diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, por condicionar la contribución del bloque al proceso de reconstrucción en Siria y el levantamiento de las sanciones impuestas en su contra a la aplicación de la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
“La institución de la Unión Europea carece del más bajo grado de independencia y ha aceptado por sí misma ser servil y ejecutora de las políticas estadounidenses y ya perdió su identidad”, ha denunciado.
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