El embajador de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bashar al-Yafari, denunció la política de doble rasero de países occidentales, que guardan silencio ante crímenes de guerra, cometidos por Estados Unidos o Turquía en los territorios que han ocupado. Como un ejemplo, el diplomático hizo referencia a la alarmante situación en la ciudad de Al-Hasaka, en el noreste de Siria.
Por su parte, Rusia denunció los graves impactos de las sanciones occidentales sobre la vida de los sirios. Recordó que por culpa de las restricciones, el suministro de combustible para los camiones que transportan ayuda humanitaria está obstaculizado. Por lo tanto, las exenciones humanitarias de las que habla el Occidente, afirmó Moscú, no son más que una ilusión.
De la misma manera, China exigió el levantamiento inmediato de las medidas coercitivas para facilitar el combate a la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19. Además, Pekín, advirtió que los recursos naturales de Siria, como el petróleo, no deben ser saqueados por otros países como Estados Unidos.
China también llamó a las agencias de la ONU para que cooperen con el Gobierno de Damasco en la distribución de las ayudas humanitarias.
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