El Kremlin considera esta acción como una provocación directa y niega cualquier implicación en los recientes avistamientos de drones en Europa, acusando a Kiev de posibles operaciones de bandera falsa para involucrar a la OTAN.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió a Estados Unidos sobre el suministro de misiles estadounidenses de largo alcance Tomahawk a Ucrania, afirmando que la iniciativa traerá consecuencias y conducirá a una tensión aún mayor, de las relaciones entre Moscú y Washington.
Por su parte, el Kremlin consideró la medida de Washington como una provocación directa dentro del conflicto de Ucrania. Y advirtió que una grave escalada con Occidente podría desencadenarse si Washington provee estos misiles para atacar territorio ruso.
El portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, también negó cualquier implicación de Rusia en los recientes avistamientos de drones en el espacio aéreo europeo, calificando las acusaciones como infundadas.
Moscú ha rechazado sistemáticamente cualquier vínculo con estos incidentes, describiéndolos como alarmismo occidental destinado a aumentar la histeria antirrusa, justificar mayores presupuestos militares y elevar las tensiones. Rusia también advirtió que Kiev podría intentar orquestar provocaciones con drones como operaciones de bandera falsa para culpar a Moscú e involucrar a la OTAN en el conflicto en Ucrania.
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