El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha indicado este viernes que Rusia difiere de las palabras pronunciadas por Macron, que acusó a Moscú y Pekín de desencadenar “un nuevo tipo de guerra mundial” debido a sus aspiraciones de ejercer una influencia geopolítica a través de las vacunas contra el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
“Estos comentarios de Macron encajan en la esfera de nuestras diferencias categóricas. Estamos absolutamente en desacuerdo con el hecho de que tanto Rusia como China estén librando algún tipo de guerra. Y estamos absolutamente en desacuerdo con el hecho de que Rusia y China estén utilizando la pandemia del coronavirus y las vacunas como herramientas de influencia”, ha aseverado Peskov durante una rueda de prensa celebrada en Moscú (capital rusa).
En este sentido, el destacado funcionario ruso ha subrayado que su país, en particular, “nunca” ha aspirado a politizar el tema de las vacunas, para luego recordar que Rusia se considera un miembro “responsable” de la comunidad internacional.
Al mismo tiempo, la organización que administra la vacuna rusa Sputnik V contra la COVID-19, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés), en respuesta a las imputaciones de Macron, ha instado a Francia a sumarse a sus esfuerzos para aumentar la producción del fármaco y salvar vidas.
“Estimado Emmanuel Macron, nosotros tratamos de que las vacunas queden fuera de la política, la vacuna es nuestra mejor esperanza para la paz en el mundo entero y no la guerra”, ha resaltado el referido ente en la carta que le ha remitido al presidente francés.
Sputnik V es la primera vacuna del mundo contra el nuevo coronavirus que fue creada de forma artificial, sin ningún elemento del virus en su composición; sin embargo, pese a ello, demostró efectividad y seguridad. La vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular.
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