El martes, el Departamento de Justicia de EE.UU. acusó a cinco empleados de la empresa rusa Sovfracht de infringir las sanciones económicas de Washington a Siria suministrando a territorio sirio combustible para aviones y realizando transferencias en dólares a entidades sirias sancionadas.
A través de un comunicado, el Ministerio de Exteriores ruso ha recalcado este miércoles que EE.UU. ha demostrado otra vez su “imprudencia política” al plantear estas acusaciones.
El texto indica que el combustible en cuestión era para la aviación de Rusia, que ayuda a “luchar contra los grupos terroristas en territorio sirio”, y dice que las referencias de EE.UU. a sus sanciones a Siria demuestran su “verdadero apoyo a los terroristas”.
El nuevo paso antirruso es otra muestra de que en EE.UU., que un día creó Al-Qaeda con su apoyo a los muyahidines de Afganistán, no quieren de ninguna manera aprender las lecciones de la historia y vuelven a buscar un enemigo en un lugar equivocado”, dice un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
“El nuevo paso antirruso es otra muestra de que en EE.UU., que un día creó Al-Qaeda con su apoyo a los muyahidines de Afganistán, no quieren de ninguna manera aprender las lecciones de la historia y vuelven a buscar un enemigo en un lugar equivocado”, agrega.
Moscú se dirige además al pueblo estadounidense, que ha sufrido también el terrorismo, y alerta de que a la nación norteamericana le puede costar caro “el deseo obsesivo” de su Gobierno de “perjudicar a Rusia”, que lucha contra el terrorismo, en vez de aunar esfuerzos para acabar con esa lacra.
El 30 de septiembre de 2015, Rusia empezó, a petición del Gobierno sirio, una campaña de bombardeos aéreos contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y otros grupos takfiríes para detener su avance en el país árabe.
Hasta la fecha, los ataques rusos han tenido mayor éxito y mejores resultados que los de llamada “coalición contra Daesh” liderada por Washington, que recurre a distintas tácticas —como derribar aviones sirios, atacar bases militares del Ejército o bombardear posiciones de sus aliados, entre otras— para frenar el avance contra los terroristas.
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