A primeras horas de hoy, cerca de 30 extremistas de varias organizaciones radicales irrumpieron en el centro perteneciente a Rossotrudnichestvo y causaron daños significativos antes de abandonar el edificio. Los radicales han estado exigiendo poner fin al trabajo del centro en Ucrania, según afirma la agencia de noticias rusa Sputnik.
“Seguramente, se tomarán todas las medidas necesarias, notas, todo lo que se necesita”, ha dicho la funcionaria, agregando que, si bien no hubo víctimas, a los miembros del personal se les pidió no ir a trabajar hasta el martes.
El embajador ruso ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Alexander Lukashévich, a su vez, ha pedido a la Misión Especial de Observación de la OSCE en Ucrania que reaccione a ese ataque que ha calificado de “acto indignante de nacionalismo agresivo”.
Seguramente, se tomarán todas las medidas necesarias, notas, todo lo que se necesita”, ha dicho Eleonora Mitrofanova, jefa de la agencia de cooperación foránea rusa Rossotrudnichestvo.
Además Lukashévich dice que Moscú demanda “que las autoridades de Ucrania condenen oficialmente las acciones de los radicales”.
Las relaciones entre Moscú y Kiev se han deteriorado, pues Kiev acusa a Rusia de interferir en los asuntos internos ucranianos, de anexionarse Crimea e incitar al conflicto en la región de Donbás.
Las autoridades rusas han negado repetidamente las acusaciones, argumentando que Crimea se unió a Rusia como resultado de un referéndum en 2014, y el conflicto en el este de Ucrania comenzó cuando las tropas de Kiev lanzaron una operación militar contra las milicias del este de Donbás.
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