La campaña militar de las fuerzas lideradas por Arabia Saudí ha contado con el apoyo de Estados Unidos y Gran Bretaña. Esto influye en la opinión que países y medios de comunicación occidentales tienen sobre este conflicto.
Arabia Saudí insiste en que con los bombardeos busca el retorno al poder del expresidente fugitivo, Abdu Rabu Mansur Hadi, acusado por corrupción.
Gran Bretaña tiene además muchos intereses en este conflicto. Arabia Saudí representa su principal cliente en el mercado de armas y son muchas de estas armas las que presuntamente están acabando con la vida de los yemeníes, la mayoría civiles inocentes.
Cuando las banderas británicas ondearon a media asta por el fallecimiento del rey saudí, Abdolá bin Abdelaziz Al Saud, el Reino Unido mostró su doble rasero a la hora de defender sus tan preciados valores británicos. 13.800 millones de libras en ventas de armas a este régimen son prueba de ello.
Yemen es a día de hoy uno de los países más pobres de Oriente Medio y sus habitantes, dedicados en su mayor parte a la agricultura, no pueden más que ser víctimas y testigos de las consecuencias que traen las negociaciones comerciales de petróleo y armamento.
Ian Díez, Londres.
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