En un mensaje remitido este martes a su par serbio, Ivica Dacic, el ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, le ha agradecido sus condolencias por el atentado del grupo terrorista de Daesh en el santuario de Shah Cheraq en la ciudad de Shiraz (suroeste de Irán), el pasado 26 de octubre.
En este contexto, ha remarcado que la República Islámica de Irán, como un país víctima del terrorismo y el extremismo, siempre ha sido pionero en la lucha contra este nefasto fenómeno en todas las escenas regionales e internacionales, y muchos de sus ciudadanos cayeron mártires en esta lucha, entre ellos el teniente general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
Amir Abdolahian ha denunciado que desafortunadamente, algunos países hegemónicos que alegan luchar contra el terrorismo, ya decepcionados con la aplicación de las sanciones y la máxima presión contra el pueblo iraní, están tratando de utilizar políticas engañosas y fomentar la violencia y el terror, para debilitar la voluntad de la República Islámica en avanzar por el camino del progreso.
“Pero la nación de Irán nunca permitirá que sus intereses y seguridad nacional se conviertan en el juguete de los actores intervencionistas extranjeros y terroristas apoyados por ellos”, ha recalcado.
En otra parte del mensaje, el canciller del país persa ha expresado su esperanza que la República Islámica de Irán y los países independientes y amigos, como la República de Serbia, puedan dar pasos valiosos en la lucha real contra el terrorismo y las políticas engañosas de los poderes hegemónicos.
El atentado en Shiraz se produjo en momentos en que el país persa es escenario de disturbios planificados por las potencias extranjeras, aprovechándose de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini, ocurrida el 16 de septiembre.
Los analistas y observadores políticos advierten que los recientes disturbios, actos vandálicos y terroristas en el país persa tienen como objetivo socavar la estabilidad y la seguridad y materializar la ‘sirianización’ de Irán.
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