La madrugada de hoy domingo han llegado a la ciudad sureña de Ahvaz, los cuerpos del destacado general iraní y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Mohandes, junto con los de otros cuatro militares persas, todos asesinados en una agresión aérea por EE.UU. en Bagdad, la capital iraquí.
Los ataúdes de estos mártires han sido recibidos después de que se celebraran ayer sábado masivos funerales en Bagdad, así como en las ciudades sagradas de Karbala y Nayaf, donde participaron miles de enlutados ciudadanos junto con las altas autoridades del país árabe.
El general Soleimani será sepultado el martes en la ciudad persa de Kerman, pero antes, se realizarán los funerales respectivos en la ciudad de Ahvaz, así como en el santuario del Imam Reza (la paz sea con él), situado en la ciudad sagrada de Mashad, y luego en Teherán (la capital iraní).
El cuerpo del subcomandante de Al-Hashad Al-Shabi, Al-Mohandes, tras realizar análisis de ADN, retornará a Irak, donde será sepultado en el gran cementerio de Nayaf.
La muerte de Soleimani generó un consenso contra Washington tanto en Irak como el país persa. Las autoridades persas han tildado el ataque de un “acto de terrorismo internacional” y han alertado a los “criminales” de EE.UU. que les espera una “dura venganza” por el asesinato de su héroe Soleimani, quien “refleja la cara internacional de la Resistencia”.
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