“Las ambiciones del heredero de la corona saudí ya han pasado los límites y se están convirtiendo en una enfermedad crónica e incurable. Inmerso como está en una guerra de poder dentro de la familia real saudí, está recurriendo a afirmaciones ridículas y vergonzosas para ganar el apoyo de EE.UU. y el régimen israelí”, ha dicho este viernes el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi.
Bin Salman, que se encuentra de visita oficial en EE.UU. desde hace dos semanas, había vuelto a defender la víspera, en una entrevista con la revista estadounidense TIME, el “derecho” de Israel a tener un Estado, además de asegurar que Riad podrá “normalizar” sus lazos con el régimen israelí una vez que se resuelva “el asunto de la paz con los palestinos”.
El portavoz de la Diplomacia persa ha lamentado en su reacción que el “novato” heredero saudí “haya hecho la vista gorda ante todas las realidades históricas y las siete décadas de crímenes del régimen de ocupación israelí hablando de reconocimiento de ese régimen ilegítimo”.
Las ambiciones del heredero de la corona saudí ya han pasado los límites y se están convirtiendo en una enfermedad crónica e incurable. Él, que está inmerso en una guerra de poder dentro de la familia real saudí, está recurriendo a afirmaciones ridículas y vergonzosas para ganar el apoyo de EE.UU. y el régimen de Israel”, ha dicho el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi.
La postura de Bin Salman ante la ocupación israelí es “una traición flagrante a la causa palestina” y muestra que el príncipe no sabe nada de historia y geografía, ni conoce el gran sufrimiento de la nación palestina, ha agregado Qasemi, para luego considerar que el futuro monarca saudí incluso no puede distinguir entre “los amigos y los enemigos”.
De igual modo, el diplomático persa ha señalado que “todas las tramas urdidas en los últimos años para crear disensión entre los países musulmanes, así como la creación y expansión de grupos terroristas como EIIL (Daesh, en árabe), han sido orquestadas por los enemigos para dividir al mundo islámico, dejar en el olvido la causa palestina y garantizar la seguridad de Israel”.
Qasemi ha tachado por último de “trágica tragedia” que Arabia Saudí, un gran país islámico, se haya convertido en mero “adulador” de Israel, y ha advertido de que el régimen de los Al Saud tendrá un destino nefasto por esta “gran humillación y vergüenza”.
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