En un país donde se acostumbra a ver al Congreso censurando gabinetes las renuncias de 4 ministros por cuestionamientos relacionados con Odebrecht han revelado la crisis de transparencia por la que atraviesa el Eejecutivo.
Una reunión secreta entre integrantes del gabinete ministerial y altos ejecutivos de Odebrecht provocó la renuncia de 4 ministros del Estado. Con estas ya son 7 bajas dentro del gabinete desde que el presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso hace menos de 5 meses.
Aunque el mandatario peruano y su primer ministro, Vicente Zeballos, han intentado poner paños fríos al asunto, la crisis que se ha desatado al interior del Ejecutivo es evidente y no se repara con la juramentación de 4 nuevos ministros según los analistas políticos.
Los cuestionamientos de la población al Ejecutivo pretenden descubrir cuáles serían los motivos que llevaron al entorno más cercano del presidente de la República a reunirse con ejecutivos de la constructora brasilera Odebrecht, investigada por sobornar funcionarios, a pocas horas de conocerse la denuncia por 1200 millones de dólares ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
Según palabras del exprocurador Jorge Ramírez, el premier peruano tenía conocimiento de la reunión. Sin embargo, su salida no ocurriría hasta después de la juramentación del nuevo Congreso para no arriesgar al gabinete a una censura.
Desde el cierre del Congreso el apoyo al presidente Vizcarra ha caído mes a mes. Los analistas coinciden en que se debe al abuso del discurso anticorrupción, pues no es la única consigna ahora que no hay Parlamento.
El retiro de cualquier elemento asociado a la corrupción sólo parcha la herida, pero no cura la crisis ni mejora la percepción de la población que empieza a ver las falencias de un Estado que no implementa nuevas políticas ni hace grandes obras.
Según la última encuesta de Ipsos Perú, la aprobación de Martín Vizcarra bajó 5 puntos de enero a febrero. De 58 pasa a 53 % y su desaprobación aumenta también 5 puntos de 32 a 37 %. El desempeño del primer ministro y del Ejecutivo, en general, se mantienen en el mismo porcentaje.
Aaron Rodríguez, Lima.
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