Una investigación exclusiva del periódico The Guardian encontró que Yossi Cohen, exjefe del Mossad, la agencia del espionaje israelí, amenazó supuestamente desde 2015 a Fatou Bensouda, quien como fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió un examen preliminar para establecer si Israel cometía crímenes de guerra y de lesa humanidad en medio de la ocupación de territorios palestinos.
La investigación encontró que agentes del Mossad fueron desplegados para vigilar, infiltrar, presionar y difamar a altos funcionarios del tribunal.
Al respecto, Toby Cadman, abogado británico especializado en derecho penal internacional y derecho internacional humanitario, destacó que quienes intentan obstaculizar las investigaciones independientes de un fiscal general deben confrontar las consecuencias por desviar el curso de la justicia mediante el uso de amenazas.
Asimismo, Mark Kersten, experto en la Corte Penal Internacional y profesor asistente de derecho penal, calificó de “descarada e indebido” la intervención en el proceso judicial de persecución por parte de las autoridades israelíes.
También, el representante de la Federación Internacional de Derechos Humanos ante CPI, Danya Chaikel, consideró la maniobra israelí una advertencia sería para los Estados partes sobre lo que está en juego.
El desenlace de la indagación de la CPI puesta en marcha en 2021 contra Israel ocurrió la semana pasada cuando Karim Jan —sucesor de la fiscal Bensouda— anunció que solicitaba una orden de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su ministro de guerra Yoav Gallant por responsabilidad en acciones en Gaza.
El total de víctimas mortales de los ataques israelíes en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre supera los 36 200 palestinos, según el Ministerio palestino de Salud.
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