La guerra, que el régimen de Israel declaró hace más de cinco meses, tampoco ha logrado convencer a sus propios ciudadanos. Para los israelíes, Benjamín Netanyahu y su gabinete mienten sobre los éxitos de la guerra, y creen que la culpa de la crisis recae sobre los hombres del premier.
No les creen a Netanyahu y a su gabinete, porque prometieron liberar a los rehenes con la guerra. Sin embargo, lo único que han logrado con los bombardeos es matar a decenas de miles de civiles y convencer al mundo que el régimen de Tel Aviv no tiene el menor respecto por el derecho internacional humanitario.
Muchos están de acuerdo con el líder de la mayoría del Senado de EE.UU., Chuck Schumer, quien advirtió que Israel no puede sobrevivir si se convierte en un paria.
Pero lo peor de la crisis en los territorios ocupados por Israel aún está por venir, cuando se produzcan con más fuerza los impactos económicos de la guerra.
xsh/rba
