El pasado viernes, 24 de noviembre, entró en vigor la tregua humanitaria entre el régimen de Israel y el movimiento de Resistencia Islámica Palestina Hamas en la Franja de Gaza. En el momento en el que se proclamó oficialmente la tregua, los gazaties que residían en la zona sur del enclave costero y que se encontraban refugiados en los hospitales y colegios de la UNRWA, comenzaron a volver a sus viviendas, o mejor dicho, a lo que queda de ellas.
A pesar de este temporal alto al fuego, las condiciones de esta población no han mejorado. La entrada de la poca ayuda humanitaria no es suficiente para abastecer las carencias de los más de 2 millones y medio de gazaties. Un claro ejemplo del sufrimiento de esta población, son las largas colas que se realizan en las gasolineras para conseguir algo de gas y combustible, con lo que poder hacer la poca comida que pueden conseguir.
Lo más difícil para los ciudadanos gazaties ha sido ver la gran destrucción que ha ocasionado el ejército de la ocupación en tan solo un mes y medio de agresión al enclave costero.
A pesar de la prolongación de la tregua, el miedo de los gazaties aún no ha acabado debido a los incumplimientos del acuerdo desde el primer día. Aseguran que el régimen israelí es una entidad traidora y en cualquier momento podrían reanudar la guerra, sin previo aviso.
Huda Hegazi, Gaza
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