Publicada: domingo, 15 de noviembre de 2020 15:28

Arabia Saudí insiste en que no saldrá de Yemen, pero la realidad del campo de batalla revela que los aliados de Riad están perdiendo todo el territorio que controlan en Yemen.

El embajador saudí en Jordania, Nayef bin Bandar al-Sudairy, alegó que la retirada de la llamada coalición árabe liderada por su país en Yemen podría obligar a las potencias occidentales a intervenir directamente para combatir a los grupos terroristas y detener la influencia de Irán.

“La comunidad internacional es consciente hoy en día de que se ha vuelto necesario apoyar los esfuerzos de Arabia Saudí y sus aliados en Yemen para luchar contra las agrupaciones extremistas, como Al-Qaeda y Daesh”, añadió Al-Sudairy en una entrevista concedida a la agencia rusa de noticias Sputnik.

Indicó que la agresión contra Yemen fue realizada para prevenir los ataques con misiles y aviones no tripulados (drones) de las tropas yemeníes contra la monarquía saudí.

Alegaciones inútiles de Arabia Saudí

Las afirmaciones del embajador son infundadas y falsas porque los líderes del régimen saudí comenzaron la guerra en Yemen para acatar las órdenes de Estados Unidos y el régimen de Israel, que buscan destruir Yemen, siendo repelidos por el pueblo yemení.

El diplomático saudí miente porque el mundo entero es consciente de que, cuando Arabia Saudí invadió Yemen, este último no tenía drones, ni tampoco misiles balísticos.

No obstante, el Ejército yemení y los combatientes del movimiento popular Ansarolá lograron conformar un poderoso y fuerte arsenal de misiles y drones para tomar represalias contra los ataques de la coalición saudí, asaltos en los que también participaron Estados Unidos y el régimen sionista.

Los comentarios del embajador saudí se produjeron también después de que varios informes indicaran que la nueva Administración de EE.UU., que será dirigida por Joe Biden, pretende poner fin al apoyo estadounidense a la guerra saudí y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en Yemen.

Con estas declaraciones, Al-Sudairy busca asustar a la nueva Administración estadounidense del vacío que podría dejar la retirada saudí de Yemen, y de los peligros que amenazan al transporte marítimo internacional y las exportaciones de petróleo.

El embajador saudí en Jordania busca a la desesperada justificaciones absurdas y falsas para legitimar la agresión de su país a Yemen. Sin embargo, la aventura militar saudí ya ha entrado en su sexto año sin que la coalición encabezada por Arabia Saudí lograra sus objetivos declarados al comienzo de la contienda.

La situación actual de EEUU impacta en Arabia Saudí

La victoria de Biden y la derrota del actual presidente, Donald Trump, en las presidenciales de EE.UU. han afectado a los líderes de Arabia Saudí. Biden había prometido el pasado noviembre detener la venta de armas a Arabia Saudí si ganaba los comicios en Estados Unidos.

Preocupada por la cambiante situación política en los países occidentales y Estados Unidos, Arabia Saudí ha estado tratando de tranquilizar a Washington sobre su brutal campaña militar en Yemen, alegando manejar la crisis de este país árabe desde 2011.

El embajador saudí sostuvo que su país está tratando de detener el derramamiento de sangre en Yemen. Mientras, esta nación, desde 2015, es blanco de los ataques aéreos y terrestres de Arabia Saudí y sus aliados en el gobierno del presidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi. Durante este período de tiempo, los saudíes han atacado y destruido la infraestructura yemení, han matado a miles de civiles, y llevan casi más de cinco años imponiendo un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo contra el país más pobre del mundo árabe.

El pasado miércoles, el coordinador humanitario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mark Lowcock, alertó de la grave situación que atraviesa Yemen, y en particular de una hambruna en ciernes en el país a menos que la comunidad internacional actúe para evitarlo.

“Los yemeníes no ‘pasan hambre’, se les está matando de hambre”, afirmó el secretario general adjunto de la ONU en su intervención ante el Consejo de Seguridad, asegurando que existe un “riesgo creciente” a una hambruna en el país, donde en algunas zonas uno de cada cuatro niños está ya gravemente desnutrido.

Por su parte, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, también ha trasladado un mensaje de urgencia al Consejo de Seguridad. “Tenemos que hacer que el mundo abra los ojos, se dé cuenta de que lo que estamos viendo es el desarrollo de un desastre humanitario, antes de que sea demasiado tarde”, añadió.

Además, la propagación del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y el bloqueo saudí han agravado la situación humanitaria en Yemen, donde el combustible y los alimentos se han vuelto más críticos.

La comunidad internacional ha guardado silencio ante la decisión de la coalición árabe, que no permitía a los barcos —que transportan productos derivados del petróleo— llegar a las costas yemeníes, hecho que ha causado el cierre de hospitales tras el agotamiento de las reservas de combustible.

La impactante y clara respuesta de Yemen

El ministro de Asuntos Exteriores de Yemen, Hisham Sharaf, ha respondido a los alegatos del embajador saudí en Jordania y ha aseverado que “estas declaraciones son los intentos de Arabia Saudí por hacerle la corte a la nueva Administración estadounidense”.

Agregó que el único éxito de la coalición, durante estos seis años de guerra, fue usar armas avanzadas de Estados Unidos y del Occidente para matar a mujeres y niños, y causar la mayor catástrofe humanitaria en Yemen.

Subrayó que Yemen no acepta ninguna tutela de ningún país, y los líderes de Arabia Saudí no deben inmiscuirse en los asuntos internos de Yemen, porque la estabilidad de la región requiere paz y convivencia con los vecinos. En lugar de hablar del peligro de Irán para los países de la región, Yemen continúa esforzándose por lograr una paz justa e integral para todos los yemeníes, y apoya los esfuerzos del enviado de la ONU para poner fin a la agresión y romper el asedio de Riad en su contra.

Estas fueron frases breves y útiles que expusieron las mentiras y las afirmaciones falaces de los gobernantes del régimen saudí.

¿Cuál es la solución?

La única solución para poner fin a la agresión en Yemen es la retirada completa de Arabia Saudí y de los EAU del territorio yemení, así como una compensación por los daños que han infligido a este país y a su pueblo.

El activista yemení ganador del Premio Nobel de la Paz, Tawakul Kerman, pidió el miércoles la expulsión de Arabia Saudí y de los EAU de Yemen, diciendo que sacar a los agresores es la única forma de liberar el país y construir un Yemen fuerte y estable.

Teniendo en cuenta estos escenarios, Arabia Saudí y sus aliados se verán obligados a poner fin a su aventurerismo en Yemen, ya que este reino se encuentra en una posición negociadora más débil y es el momento de aprovecharla. Permitir que continúe la matanza sin hacer nada, sabiendo que el sufrimiento de la población civil va a ir de mal en peor, no debería ser una opción.

Por lo tanto, el régimen saudí, además de cesar sus violaciones en Yemen, debería poner sobre la mesa un plan de paz viable que ayude a reducir el sufrimiento del pueblo yemení. El tiempo nos dará o nos quitará la razón, pero lo que es seguro es que estamos empezando a ver el fin de la guerra yemení, azuzada por Arabia Saudí, un régimen que funciona como un reino absolutista desde hace décadas.

Por Mohsen Khalif Zade