El secretario general de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, ha anunciado este viernes que la Alianza no quiere “ser parte del conflicto con Rusia en Ucrania” en un momento delicado en el noveno día de la operación militar especial rusa en su vecino ucraniano.
Respecto a la petición del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a EE.UU. y la Alianza Atlántica para establecer la mencionada zona, el titular del bloque militar ha dejado claro que “la única forma de implementar una zona de exclusión es mandar aviones de la OTAN e imponerla derribando aviones rusos”, un paso que significaría un involucramiento de lleno de países occidentales en el conflicto.
“Entendemos la desesperación [de los ucranianos]. Pero creemos que si hacemos eso, acabaremos teniendo algo que puede convertirse en una guerra total en Europa, envolviendo a muchos otros países y causando mucho más sufrimiento humano”, ha manifestado.
Por esa razón, Stoltenberg ha explicado que los miembros de esta Alianza tomaron “la decisión dolorosa” de reforzar sanciones y el apoyo a Ucrania, pero “sin involucrar a las fuerzas de la OTAN directamente en el conflicto en Ucrania, ni por tierra ni en el espacio aéreo”.
Pese a sus compromisos a defender a Ucrania en el caso de un ataque de Rusia, ninguno de los líderes occidentales ha abogado por una intervención militar liderada por la OTAN para defender a su aliado ucraniano.
Ante tal panorama, Zelenski ha lamentado abiertamente la inacción del Occidente ante la operación militar rusa lanzada el 24 de febrero en el Donbás (este de Ucrania) reprochando que los líderes europeos han dejado “solo” a Kiev ante la medida rusa y “no están listos” para aceptar a Kiev en la Alianza porque todos tienen miedo a Rusia.
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