Según ha anunciado el portavoz del Ministerio de Salud de Irán, Kianush Yahanpur, en las últimas horas se han detectado unos 1830 nuevos casos del nuevo coronavirus (COVID-19), lo que muestra una disminución gradual del número de contagios en comparación con días anteriores.
Dada la situación, el ministro de Salud iraní, Said Namaki, ha anunciado la entrada en vigor de la llamada “fase 2” de la lucha contra esta pandemia y que se pondrá en práctica con la cooperación del sector médico del país y los voluntarios de la Fuerza de la Resistencia Popular de Irán (Basich).
Entre las nuevas iniciativas, según detalla Namaki, comenzará una supervisión más estrecha de los casos detectados en la fase anterior, se examinará a las personas que estuvieron en contacto con infectados, pero que no tienen síntomas, y se supervisará el “programa inteligente de distanciamiento social”, anunciado anteriormente por las autoridades de la República Islámica.
Con este motivo, el presidente iraní, Hasan Rohani, ha pedido al pueblo persa que respete los protocolos de salud destinados a contener el nuevo coronavirus, en un momento en que se reinician ciertas actividades económicas de “bajo riesgo” en la mayor parte del país.
“Si la cooperación del pueblo continúa y las restricciones se aplican con el mismo procedimiento de hasta ahora, gradualmente lograremos establecer las condiciones para controlar el COVID-19”, ha explicado Rohani en una reunión del Comité Nacional de la lucha contra el nuevo coronavirus.
El Gobierno persa ha autorizado a las empresas comerciales de “bajo riesgo” a reanudar sus actividades en todo el país a partir de este sábado, excepto en Teherán, capital iraní, que comenzarán a partir del próximo 18 de abril.
Las autoridades sanitarias del país persa manifiestan su satisfacción con el proceso de recuperación de los pacientes con coronavirus, ya que “se ha acelerado”: de los 70 000 contagiados hasta este sábado, unos 41 947 han sido dados de alta.
Irán es una de las naciones de Asia Occidental que más afectada se ha visto por el coronavirus y, además, las sanciones económicas de EE.UU., que son parte de su campaña de “máxima presión” contra los iraníes, han restringido el acceso de este país a los medicamentos necesarios para contener el virus.
Pese a todas las dificultades, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elogiado los esfuerzos de Irán, afirmando que Teherán está haciendo “lo mejor” para controlar y hacer frente a la epidemia.
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