La denuncia legal de una empresa privada iraní hizo que la Guardia Costera retuviera una nave con bandera de las islas Marshall, en las aguas de Irán.”
“La denuncia legal de una empresa privada iraní hizo que la Guardia Costera retuviera una nave con bandera de las islas Marshall, en las aguas de Irán”, explicó el martes Mohamad Saidneyad, director de la Organización de Puertos y Asuntos Marítimos de Irán.
De acuerdo con el funcionario iraní, esta decisión se produjo después de que, el pasado 16 de marzo, la Corte Provincial de Teherán emitiera una orden para retener bienes de Maersk.
“Esta compañía debe una suma considerable a la empresa iraní y la corte, por su parte, ha condenado a Maersk a pagar su deuda”, agregó Saidneyad en declaraciones recogidas por la agencia estatal iraní IRNA.

El barco que navegaba en aguas territoriales de Irán fue interceptado por la Guardia Costera y desviado hacia las islas Larak, cerca de Bandar Abás, en el sur del país persa.
Según el Pentágono, el Comando Central de la Marina de Estados Unidos en Baréin, respondiendo a una llamada de auxilio del barco “Tigris”, de la naviera danesa Maersk, envió al destructor USS Farragut hacia su localización.
Saidneyad aseguró que tras la llegada de las fuerzas estadounidenses, la Guardia iraní les informó que el suceso se debía a una “disputa legal entre dos compañías comerciales”. “Con estas explicaciones, las fuerzas estadounidenses acataron la decisión de retener al barco”, agregó.
Según los informes, se trata de un buque portacontenedores de 65.000 toneladas con 24 tripulantes, la mayoría de Europa del Este y Asia, que realizaban una ruta comercial entre Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
De acuerdo con la propia empresa Maersk, los tripulantes están “seguros” y “con buen estado de ánimo”.
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