El ministro de Petróleo de Irán, Yavad Oyi, ha anunciado que la producción de petróleo crudo del país ha alcanzado un nuevo máximo en los últimos cinco años desde 2018, a pesar de las sanciones impuestas por Estados Unidos al sector energético iraní.
“Al comienzo de esta Administración, la producción de petróleo en la provincia iraní de Juzestán era de 1,7 millones de barriles por día, y ahora ha alcanzado los 2,7 millones de barriles por día”, ha precisado el titular iraní en una entrevista difundida este domingo.
Estados Unidos, bajo el Gobierno del expresidente Donald Trump, restableció sanciones paralizantes contra Irán después de abandonar unilateralmente el acuerdo nuclear de 2015 en mayo de 2018, pese al pleno cumplimiento por parte de la República Islámica de los términos del acuerdo, oficialmente conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA).
Uno de los objetivos declarados de las sanciones de Trump, que fueron mantenidas por su sucesor, era reducir la producción de petróleo de Irán a casi cero. Teherán ha denunciado repetidamente las sanciones como un acto de guerra económica y terrorismo económico.
Respondiendo a una pregunta sobre el posible impacto de la reelección de Trump como presidente de Estados Unidos en la producción petrolera de Irán, Oyi dijo que el regreso de Trump al poder no tendrá ningún efecto en la producción de crudo del país persa.
“Las organizaciones internacionales han admitido que, actualmente, Irán no enfrenta obstáculos para vender su petróleo crudo”, ha aseverado, mientras ha reiterado su rechazo a los informes de que Irán vende su petróleo a un precio con descuento.
El mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza su anterior proyección de crecimiento económico para Irán en 2023, atribuyéndola a un aumento mayor de lo esperado en la producción de petróleo del país.
Al publicar su último informe trimestral, el FMI indicó que la economía de Irán creció 5,4 % en 2023, lo que muestra un impulso notable en comparación con el año anterior. El organismo internacional había pronosticado previamente un crecimiento del 3 % para la economía iraní en ese año.
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